Una vez llega a su edad adulta, el pez cabeza de serpìente es un súper depredador que se alimenta de ranas, carpas, roedores o cualquier otro ser vivo que sea capaz de engullir. En realidad se trata de una familia originaria de Africa y Asia, propia de lagunas y ríos lentos con aguas someras y llenos de vegetación. Los snakeheads desovan varias veces al año, lo que contribuye a que sus poblaciones se conviertan rápido en numerosas. Además, los snakeheads están perfectamente preparados para sobrevivir en condiciones duras: se sabe que este ser diabólico es capaz de sobrevivir hasta dos o tres días fuera del agua… Se dice que el snakehead ataca los señuelos como una serpiente cobra y lucha como un toro.
La variedad de gigante de estos peces o giant snakehead se encuentra principalmente en Vietnam, Indonesia, Laos, Thailand, Malaysia, India y Myanmar. En Singapour, los cabeza de serpiente o ‘ toman ‘, como son conocidos allí, se cultivan en charcas y balsas, ya que allí este fuerte combatiente es muy valorado por los pescadores deportivos por su agrevividad a la hora de atacar señuelos artificiales y su violenta lucha. No es extraña su fama de malignos: los snakeheads son muy territoriales y peces ‘de pocos amigos’.
De algún modo u otro, los feroces cabeza de serpiente han viajado hasta diferentes partes del continente americano, Japón y otras masas de agua del planeta donde está catalogado como una especie ivasora. Liberar peces en aguas extrañas puede causar irreparables daños al ecosistema en caso de logren sobrevivir. En el caso de los snakeheads, hay quién no tiene claro si se trata de un auténtico pez o de una criatura demoniaca.
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